¿Qué son las emociones?

Están presentes todos los días en la vida de cualquier persona, y a pesar de eso pocas veces nos preguntamos qué son las emociones. Es un cuestionamiento básico que nos podría ayudar a entender todo lo que involucra a estas situaciones estudiadas por la psicología.

No sólo se trata de estar alegres o tristes, hay todo un trasfondo cuando de emociones hablamos, sobre todo si tomamos en cuenta que los consultorios de los psicólogos reciben a sus pacientes con trastornos que en algunas ocasiones, derivan de un cierto tipo de emociones.

Debido a toda esa importancia que tienen, en este artículo vamos a explicar qué son las emociones y los tipos que hay, así como otros conceptos asociados a estos elementos básicos de la psicología.

Relación entre pensamientos-emociones-conductas

Para comprender qué son las emociones, podríamos enfocarnos únicamente en ellas; sin embargo, es más completo entenderlas a partir de la “tríada psicológica”, de la que hablaremos en este punto.

Cuando decimos tríada psicológica nos estamos refiriendo a elementos que forman parte de cualquier ser humano: pensamientos, emociones y conductas, los cuales están interconectados y se consideran como sistemas de respuesta, pero veamos con más detalle qué son.

“El pensamiento, la emoción y la conducta son tres aspectos psicológicos íntimamente relacionados, de tal manera que un cambio en alguno de ellos producirá alguna modificación en los otros dos”.

A partir de esta conceptualización general (hecha por un sitio web de origen español) podemos dar una primera idea de la importancia que tiene la tríada psicológica y al mismo tiempo, lo compleja que puede ser.

Por eso, vamos a explicar cada uno de los elementos para que después sea más claro comprender cómo es que uno puede influir en los otros dos y sobre todo, poder entender qué son las emociones.

  • Pensamientos

Aunque resulta un poco complicado definir este concepto, podemos mencionar dos enfoques que dan una idea más clara sobre qué son los pensamientos. Por una parte, se pueden considerar como “una actividad mental no rutinaria que requiere esfuerzo”.

Otra forma de entender a los pensamientos es como “la capacidad de anticipar las consecuencias de la conducta sin realizarla”, de acuerdo con el portal Saludalia, el cual menciona que el pensamiento es una actividad del sistema cognitivo en la que intervienen la memoria, la atención, los procesos de comprensión y el aprendizaje.

Además, los pensamientos se pueden diferenciar de otros procesos cognitivos por una de las características que posee: funciona para resolver problemas y hacer razonamientos.

  • Emociones

Ahora es momento de explicar qué son las emociones, de acuerdo con la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), son “procesos que se activan cuando el organismo detecta algún peligro, amenaza o desequilibrio con el fin de poner en marcha los recursos a su alcance para controlar la situación”.

Una de las principales características de las emociones es que se pueden considerar como reacciones fisiológicas innatas, mientras que otras pueden adquirirse “por medio de la experiencia directa, por ejemplo, el miedo o la ira”, según el AECC.

Además, no se debe olvidar que las emociones son reacciones propias del ser humano, por lo que algunas son positivas y otras negativas; pero la clasificación de ellas las veremos más adelante.

  • Conductas

Para poder entender con mayor claridad el concepto de conducta tomaremos como referencia la información que difunde el sitio Pepsic, que habla de dos significados: uno de ellos dice que las conductas son acciones que una persona ejecuta.

El otro significado dice que la conducta es “la relación que se establece entre elementos de una asociación”. Es importante tener en cuenta que todas las personas realizan diferentes conductas todos los días, pues se trata de algo que no puede dejar de existir.

La conducta es un elemento fundamental para la psicología, porque la considera como uno de los mecanismos que influyen en el comportamiento de las personas y en los aspectos mentales que dan forma a las acciones.

Así que después de haber explicado cada uno de estos elementos, es más sencillo comprender la relación entre pensamientos-emociones-conductas, la cual inicia precisamente con los pensamientos, que influyen para que haya una interpretación de algún suceso y después, se determine cómo se van a sentir las personas (emociones) y qué van a hacer (conductas).

En resumen, podemos decir que el primer paso de esta relación es un pensamiento, que desencadena respuestas emocionales e inmediatamente después, un motor de acción, que son las conductas.

La función de las emociones

Para poder comprender con mayor detalle qué son las emociones y su relación tan directa con las conductas y con los pensamientos, es importante mencionar que cualquier emoción tiene una función, que vamos a explicar en este punto.

Podemos decir que las emociones sirven, entre otras cosas, para comunicarle a las personas que nos rodean (ya sea en la casa, en la escuela o en el trabajo), lo que sentimos o lo que necesitamos.

Sin embargo, si retomamos lo que dice la Asociación Mexicana por las Ciencias Conductual-Contextuales, será más fácil entender con claridad la función que tienen las emociones en el ser humano:

“las emociones nos organizan psicológicamente (mental, física y conductualmente) para actuar cuando está ocurriendo algo importante, además le dan profundidad a nuestras vidas y brindan información importante sobre nuestras metas y cosas que valoramos”.

Se trata de un tema interesante y a la vez complejo, que necesita de otros conceptos o elementos para comprender con claridad lo importante y lo presentes que están las emociones, cuya función dependerá del tipo de reacción que una persona tenga.

Los diferentes tipos de emociones

Como parte del interés por saber qué son las emociones, ahora es momento de enfocarnos en los tipos. Al principio dijimos que podían ser negativas o positivas; sin embargo, hay una clasificación más amplia que sirve para entender las funciones que tienen en la vida diaria.

“Las emociones son propias del ser humano (…) se clasifican en función de su contribución al bienestar o malestar. Todas son válidas, son energía y por eso es necesario expresarlas”.

Así es como podemos comenzar a explicar, a partir de lo que menciona la Asociación Española contra el Cáncer, los tipos de emociones.

  1. Miedo: dicha asociación define a esta emoción como la “anticipación de una amenaza o peligro”, que puede ser real o solamente imaginario. Cuando hay miedo, se pueden presentar pensamientos de angustia y además, tener conductas de ansiedad.
  2. Sorpresa: se trata del asombro momentáneo que se experimenta por una situación determinada, que también ayuda a saber qué hacer y cómo reaccionar ante una situación nueva.
  3. Aversión: podemos decir que es el asco hacia algo que produce rechazo y por lo tanto, las personas se alejan de esa situación.
  4. Ira: se trata del “enojo que aparece cuando las cosas no salen como queremos o nos sentimos amenazados por algo o alguien”, según la definición que propone la AECC. Además, esta emoción es “adaptativa”, porque puede servir como motivación para solucionar un problema.
  5. Alegría: es una emoción que se caracteriza por la sensación de bienestar y seguridad que produce, aparece sobre todo cuando se consigue algo (un ascenso laboral, por ejemplo) o cuando se cumple una tarea (aprobar un examen difícil).
  6. Tristeza: todos hemos sentido tristeza alguna vez, por lo que es fácil comprender que se trata de una emoción que provoca soledad y pesimismo, y que aparece cuando se pierde algo o “nos han decepcionado”. La tristeza no es mala, pues según la AECC, su función es “pedir ayuda y motivarnos hacia una nueva reintegración personal”.

Estos son solamente algunos ejemplos de emociones; sin embargo, hay muchas más que aparecen dependiendo de la situación que viven las personas día con día, por lo que resultaría difícil mencionarlas todas.

Los sistemas de respuesta de las emociones

Finalmente, un aspecto primordial para entender qué son las emociones, está relacionado con los sistemas de respuesta, es decir, aquellos comportamientos, movimientos corporales y expresiones faciales que se presentan como “consecuencia” de una emoción.

El sistema de respuesta que el cuerpo tiene a partir de la aparición de una emoción, puede darse de forma fisiológica, la cual está regulada por el sistema nervioso simpático, que es capaz de controlar las respuestas involuntarias que tiene el cuerpo de una persona, por ejemplo, la digestión.

Además, este sistema (que es una de las ramas del sistema nervioso autónomo) sirve para controlar las reacciones de luchar o de huir cuando hay un peligro inminente.

Por otro lado, existe el sistema de respuesta basado en el comportamiento, que se refiere al lenguaje corporal y expresiones que una persona muestra cuando está sintiendo un determinado tipo de emoción.

Aunque estas expresiones emocionales, como sacudir los brazos en el aire cuando hay asombro, son parte de la vida diaria del ser humano, se necesita potenciar la inteligencia emocional para comprender este tipo de expresiones en las personas que nos rodean.

Al respecto, conviene aclarar que la inteligencia emocional es “el conjunto de habilidades que sirven para expresar y controlar los sentimientos de la manera más adecuada”, según la AECC.

Estas habilidades pueden desarrollarse con un aprendizaje específico y lo más importante, con la experiencia de todos los días, pues debemos tener en cuenta que las emociones están presentes todo el día, durante todos los días de la vida de una persona.

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